La Liga latinoamericana de Artistas es un movimiento creado desde 1990 por Alonso Jiménez, con una orientación filosófica clara, existir en plena y total libertad de creación y expresión. El colectivo opera desde varios países, especialmente en el campo de la plástica, la poesía y el ex libris, sin embargo, se muestran caras diversas del arte, vinculándose necesariamente a otras artes como el teatro, la danza y la música, sin recurrir a patrones lógicos, ni estructuras rigurosas.

LIGA LATINOAMERICANA DE ARTISTAS

Quien se acerque cuidadosamente a estas páginas, podrá advertir los atributos generosamente expuestos en ellas, sin otra pretensión que mostrar la diversidad y el aliento de las distintas artes.

A parte de la plástica, la virtud de la palabra emerge con un espíritu no empañado de vanidad; podría decirse que este es un ejemplo de personas liberadas de lo verboso, no por medio de máscaras, sino con el ejercicio de ir a la idea para beber de ella su signo preciso y aplicarlo a las rarezas del verso con influjo y dominio de la soledad, la música, las ausencias o los reencuentros.

El sentido de lo vital se funde en la desnudez de la imagen y en la carne de lo lírico, pero para ver este acto es necesario tener un consecuente afán de sentir cada letra, cada mancha o cada línea, así, usted podrá darle el nombre exacto a este atrevimiento poético. Quisimos excluir lo innecesario y dar cabida al valor de la naturaleza afectada por la emoción de un poeta o un pintor, llamados también a desentrañar y a curar en parte, la fatiga de la humanidad.

Alonso Jiménez.


(Tomado de Antología de Poesía colombiana. Liga Latinoamericana de Artistas. 2009)

viernes, 1 de julio de 2011

Arte Vernáculo

Sincretismo.

Lo vernáculo se construye sin la intervención de lineamientos específicos, sin embargo, puedo afirmar que no pertenece a lo informal, ni espontáneo. Al considerarse como residuo de lo nativo o propio, implica que esta manifestación tiene conexiones rigurosamente raizales, cuya variabilidad dinámica es sorprendentemente coherente con las alteraciones del medio.
Las formas construidas a partir de las concepciones vernáculas son relativamente tradicionales y afectadas por procesos culturales registrados en el basamento de la memoria empírica, cuya configuración de lo gráfico se halla disuelta en ciertos agentes estéticos anclados al contexto regional.
El tiempo, los significados o los valores asociaos a este tipo de arte afloran desde los límites del lugar donde se gesta y la cuestión central de su argumentación radica en las formas extraídas a partir de lo considerado primitivo, de origen mítico, legendario, esencial, básico o de tradición oral.
Un monumento estético producido por un artista de lo vernáculo de golpe conoce la torpeza técnica, también la ironía. El humor o las reflexiones formales de las extremas paradojas del ser humano, en contenidos inesperados o llenos de incertidumbre concreta; es decir, de resumen concreto de la vida. De tal forma, que a través de los dialectos o patois y subdialectos artísticos encontrados en las manifestaciones de lo vernáculo se cuestiona la sofisticada ingenuidad de la razón humana que le conduce a buscar eternidades que suplanten su incapacidad de eternidad.
Es verdad que el arte como producto y resultado de la memoria de los pueblos posea algo de longevidad y sea testimonio de lo extinto, pero lo vernáculo le dice al hombre: EL GOCE ESTÉTICO ES MOMENTÁNEO Y SU UTILIDAD ESTARÁ VIGENTE MIENTRAS DURE TU VIDA, SU VIDA UTIL ES TU VIDA UTIL.
Al igual que la incertidumbre es diaria con respecto a la capacidad humana para conservar la vida, al estar todos y todo ligados a las estructuras y múltiples transmutaciones de la dialéctica universal. Lo vernáculo es su afirmación, pero jamás podrá considerarse como desviación trivial de “verdad”, por partir de la maleabilidad aleatoria de su alquimia o de su construcción, cuyas invenciones son de alto poder afirmante.
Sería absurdo considerar como no valioso o carente de mérito, la capacidad de reinterpretación humana de las múltiples posibilidades que se tejen en torno a las fantasías creativas, ocultas en el plano de la estética sincrética o de las alucinaciones rurales enfocadas al sentido místico–religioso que abundan en los núcleos de las sociedades.
Observemos el caso de una múcura prehispánica elaborada como urna funeraria y cuyos fragmentos se encuentran en muchas excavaciones arqueológicas del mundo; dentro de su contexto sagrado dicho recipiente se elabora en múltiples ocasiones como encapsulamiento del cadáver para ser catapultado al más allá, dicho vehículo salido de la tierra misma, cocido con fuego cerámico mítico, actuaba como dispositivo para lo eterno, hoy actúa en lo profano como también se hizo en muchas ocasiones para guardar chicha, pero cada acción es meritoria por sí misma.
Lo vernáculo reviste la pureza dentro del orden contemporáneo, se construye sin engaños, visualmente sujeto a la raíz íntima de las MEZCLAS asociadas al sincretismo, es reiterativo; en sus énfasis recaen las circunstancias del pensamiento híbrido luchando internamente por conservar la capacidad de absorción de la realidad propia a través de la imaginería que nos distancia de conceptualismos cosmopolitas de tercera mano.
Las fuerzas motivadoras del que hacer vernáculo anidan dentro del punto muerto de la estética contemporánea, subyacen en los patois de las artes en capas alineadas como pasta vítrea que apenas asoma su brillo primitivo sin hallarse estancado en las cavernas, sino mas bien en un estado contemplativo fundido en la pupila infantil que observa antiguas tumbas, templos paleocristianos o eventos cotidianos que se descubren en lo sagrado o lo profano. Puesto que muchos somos parte del ritmo espontáneo que nos sacó de lo autóctono y nos puso en el sincretismo, pasando abruptamente de la estructura del petroglifo a la catedral monumental por conveniencia del capital, algo adentro nos reclama lo cósmico a través del rigor cristalizado en este tipo de orden estético.
Hay que insistir en que lo vernáculo jamás será de orden inferior, ni de orden superior, simplemente es un modo objetivo basado en modelos subjetivos para ver el mundo desde la óptica de quien construye un refugio con barro y palma, adobe y paja o yute y tierras, rescatando esos mundos increados, que solamente recurren a la existencia metamórfica del hombre sujeto al paisaje , amarrado a la naturaleza, delirante de leyendas, estupefacto ante el lustre de los minerales que reflejan la luz de la existencia de su mar.
Lo vernáculo es rústico, no permite maleabilidades, ni elasticidades de la materia, su resistencia radica en el alto grado de certeza de afirmación a la tierra, en su alto desempeño a la hora de traducir el dolor de la sublimación de las angustias propias de la vida intermedia, de lo que no pueda decirse que posea identidad en sí mismo pero detecta implacable presencia de las mutaciones.
Lo vernáculo en su firme estética, no se reduce a artificios ni efectismos, recurre a los recuerdos, a lo que puede, a lo que de su condición presupone imponerse al medio para extraer de su médula contenidos profundos, se arriesga en un nuevo contexto como la ha tocado siempre, partiendo de cadenas rotas en los continuos ciclos de las rupturas y reconstrucciones del pensamiento.
Se diría que este arte agarra el tiempo no para plasmarlo sino para fracturarlo en dos dimensiones: el azar de cierta alquimia aleatoria que da como resultado los patois y la síntesis del sincretismo que se gesta en la transmutación de lo aprendido. Las reinvenciones se van fundamentando desde los materiales hasta el sustrato plástico surgido del orden dramático aglutinado en la propia conciencia de Latinoamérica, dimensionada en esta especie de magma viscoso del que somos parte y parece no enfriar jamás.
Actuamos como coloides navegando en algún material depositado sin previo aviso; inmersos en interrogantes cuyas respuestas nos obligan a la versatilidad, explosivos, sin normas estéticas ni literarias, y si las construimos se levantan sobre lo instintivo, para diluirlas luego en el campo interno de nuestros sentidos.


Alonso Jiménez.
Tomado de Arte Vernáculo Sincretismo 2003. Liga Latinoamericana de Artistas.

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