BAD RELIGION
Ya…creo que me cansé.
No vuelvas a llamarme, por
favor. No te imaginas el color naranja que sube a mi frente cuando la bocina
del celular escupe tus celos reprimidos y me pone al descubierto, entonces
todos se ríen de mí. Espero comprendas que no es lo mismo humillarme ante tus
rodillas pálidas que frente a mi espejo todas las mañanas.
Te voy a devolver todas
las colonias que me diste…No creas, yo sabía que no te gustaba mi olor natural;
además debo confesarte que los señores Perri, Hugo y Ralph fueron a posarse
sobre el pelo del perro, ése, el que una noche te rompió las medias de seda y
entonces me juraste una muerte al sexo. En verdad estabas bravísima. Cosa que
ahora ya no me altera, desde que por ser una idiota coincidencia tu mejor amigo
estrelló tu carro contra el mío y tú me recomendaste visitar al oftalmólogo.
Pero sabes que eres muy sabia… ¡Que man tan ciego al querer estar contigo!
Yo nunca odie tu
silencio. Y si te miraba la espalda no significaba que tus chillidos se los
tragara tu muda lengua, créeme. Solamente no te daba la cara porque yo bien
sabía que llorabas por otro. Sí, sí…desde siempre lo supe, no te dejé porque
detesto las sabanas frías. Tú sólo sabes cuánto.
Pero sería un completo
mal agradecido sino aplaudo tu spaghetti, aunque me sabe igualito al del
restaurante que está cerca de tu trabajo. ¿En verdad alguna vez me cocinaste
otra cosa que no fueran las bolas? ¡Ah!…Allá tu y mi cocina.
Entonces, y por si las
matemáticas no te dejan pensar en otra cosa que no sean sus números, ––señora
finanzas–– para que entiendas, me estoy echando de tu vida. ¿Sabías que para
eso no se necesita tocar platillos ni hacer una carta de invitación?
Si, nena, close tu
boca.
Otra cosita. Yo no soy
tu dios ni tu néctar ni tu chofer ni tu botones, ––¡malditas tardes de cargar bolsas por todo
el centro comercial!–– mucho menos tu mortal. Recuérdame como tu peor creencia,
como la bad religion que te sacaba hasta la última gota de fervor, éxtasis y
rabias, ––dinero también–– ahora mismo que te arrepientes de haberme dedicado
aquella canción de ese grupo mexicano.
Acuérdate también
cuando llevabas mis pasos hacía ese montón de gente con ínfulas áridas y te
dirigías a mí no precisamente como tú “cielito”; vomitabas mi nombre secamente,
llamándome como tu sirviente, presentándome como si fuera la persona conveniente
en tus contactos, mostrándome como tu manager. ¡Ja! Y yo únicamente iba para
probar los cócteles y mirar piernas educadas…
Ahora también te voy a
admitir cada una de las cosas que sospechaste de mí. Mándame al carajo, acúsame
de ladrón, de aprovechado, de promiscuo, de llorón, de inmaduro, porque de todo
eso tú eras la razón. Ya lo he oído de tu boca. Pero sólo quiero tus disculpas
y mis razones sean validas antes de sacarme completamente de tus deseos. Y como
siempre tú no quedes mal.
También tienes mi
autorización para expectorar sobre mi fama las veces que quieras. Nunca me ha
importado escupir hacia arriba.
Finalmente y para no
terminar esto en una demanda por calumnia, voy a decirte que, honestamente
cuando te hallé no sabía por qué, ahora no sé dónde ponerte.
¿Cabe tu ego en mi
bolsillo?
El hombre que quieres
electrocutar con el secador,
Abri1 19 de 2004.
Bogotá Colombia
***
Preámbulo
para un recuerdo
Hasta el amanecer de
esta muerte inmediata,
celebraré
el sueño bendito, la
luz acogedora.
Entonces
beberé de la copa roja,
del líquido negro y su
lenguaje oscuro.
Tú
traerás a mis espaldas
una oración de amado
peregrinaje
con la inocente suplica
de tus manos manchadas
y pérfidas.
También acomodarás
en el fondo de atónita
hermosura
una vela de llama azul,
que engrandezca mi
partida inmediata
y te recuerde el olvido
que seré.
Ingrid
P. González
Nació en Bogotá,
Colombia (1990). Cuentista, cronista y algunos dicen que poeta. Ha realizado
estudios sobre creación literaria en el Taller de Crónicas Barriales (2007) y
en el Taller de Escritores U. Central (2009). Actualmente participa en el
Taller Virtual de Escritores (Fund. Gilberto Alzate Avendaño y U. Central)
mientras cursa un pregrado en la
Universidad Pedagógica Nacional.
Primer puesto en el
concurso de ensayo de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño con el tema
“Literatura, cultura y paz en Colombia” (2007). Jurado en el Concurso de
Cuento, Poesía y Artes Gráficas del SENA (2009). Ha publicado crónica en la
Antología de Crónicas Barriales y en la página web de la Biblioteca Luis Ángel
Arango (2007), como poesía en la revista Gavia (U. Distrital, 2009).
Invitada a diversos
recitales como: Recital Internacional de Poetas Jóvenes (Primer Festival del
Libro); Recitales I, en el marco del Primer Encuentro de Artes Jóvenes
Latinoamericanas (2009); “La palabra tiene la palabra”, U. La Salle y Fundación
en Arcadia Ego; y Narrativa Última, Grupo Caterva (2009).
Parte del Grupo
Remington y redactora de la revista Palabrero Virtual, así como del equipo de
redacción de Recitales Góticos Bogotá.
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